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Permiso retribuido

  • Escritor: Robb Ryerse
    Robb Ryerse
  • 2 de junio
  • 2 min read

Nadie debe ser castigado por preocuparse


Cuando nuestros hijos eran pequeños, Vanessa y yo tomamos una decisión: buscaríamos la manera de que ella se quedara en casa con ellos. No fue fácil ni estuvo exento de sacrificios. Pero creíamos que era importante.


Vanessa empezó un pequeño negocio vendiendo en eBay. Con el tiempo, lo trasladó a Etsy. Construyó algo flexible para poder estar en casa con nuestros hijos y, al mismo tiempo, ayudar a llegar a fin de mes.


Hicimos que funcionara. Pero esta es la verdad: no todo el mundo puede hacer lo que hicimos. Y no deberían tener que hacerlo. Nadie debería ser castigado por necesitar tiempo para cuidar de un bebé, de un ser querido enfermo o incluso de sí mismo.


Me presento al Congreso porque creo en la baja médica y familiar remunerada para todos los trabajadores.


Ahora mismo, millones de estadounidenses tienen que elegir entre su sueldo y su familia. Tienen que arriesgar su trabajo para cuidar de un recién nacido. O saltarse tratamientos de quimioterapia porque no pueden permitirse ese tiempo libre. O ir a trabajar mientras sufren o se recuperan, porque las facturas no paran.


Eso no está bien. No es sano. Y no es así como construimos familias o comunidades fuertes.


Esto es lo que yo creo:

  • Todos los trabajadores deben tener acceso a permiso retribuido-para cuidar de un nuevo hijo, de un familiar enfermo o de su propia salud.

  • El permiso retribuido debe ser universaly no en función de dónde se trabaje o cuánto se gane.

  • Y podemos diseñar un programa asequible y sostenible-tanto para las familias como para las pequeñas empresas.


Estados Unidos es uno de los únicos países desarrollados que no garantiza la baja familiar retribuida. No es algo de lo que debamos estar orgullosos. Es algo que hay que arreglar.


Porque cuando las personas tienen tiempo para cuidar, las familias se fortalecen. Los resultados sanitarios mejoran. Los bebés y los padres estrechan lazos. Los seres queridos se curan mejor. Y la gente vuelve al trabajo más centrada, más leal y más completa.


Como pastor, he acompañado a familias en nacimientos, muertes, recuperaciones y crisis. He visto lo estrecho que es el margen, cómo una enfermedad o una emergencia pueden hacer tambalearse a toda una familia. El permiso retribuido es más que una política. Es un sistema de apoyo. Es una declaración de lo que valoramos.


Decimos que estamos a favor de la familia. Pero ¿qué significa eso si no apoyamos a las familias cuando más lo necesitan?


Vanessa y yo tuvimos suerte. Tuvimos la flexibilidad, el apoyo y la creatividad suficientes para que funcionara. Pero no debería hacer falta tener suerte para cuidar de tus hijos. O a tus padres. O a ti mismo.


Debería ser un derecho.


Así que dejemos de tratar los cuidados como un lujo. Tratémosla como la parte esencial de la vida que es. Y construyamos un país en el que nadie tenga que elegir entre el amor y un sueldo.


¿Porque el tiempo que nos tomamos para cuidarnos unos a otros? Eso es lo que nos hace humanos. Eso es lo que nos hace fuertes.

 
 
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